Emprendemos el viaje. Unos mates activan la mente para el nuevo día. También la música de la banda riojana Tierra Santa, el conductor es un gran fan.
Pasamos a Chile (es curioso que para recorrer la Ruta 3, hay que cambiar de país), cruzamos el Estrecho de Magallanes, otra vez a Argentina y llegamos a Río Gallegos. Nada interesante en la ciudad.
Nos quedamos en una estación de servicio, y vemos en el camión Tropa de Élite 2, sobre las favelas de Brasil. Llueve. Esto nos impide montar la tienda.
Decido dormir en la estación de servicio de 24 horas. La música lo hace imposible. Reggaeton. Toda la noche de reggaeton, a un volumen infernal. Parece una discoteca, un concierto, yo que sé. Aaaaaaaaaaahhh!!!!
En el más absoluto insomnio, me viene a la cabeza un psicorelato...
Ruta 3 |
DENTRO DE MÍ
No. No voy a seguir haciéndote caso. No cederé otra vez. Ahora si dirigiré mi vida. Tu no marcas mi destino. Yo gobierno mis pasos. No sigas susurrando tus ideas a mi mente, ya me confundistes demasiado. Demasiado como mis últimos años. Demasiado, como mis pensamientos más revolucionarios.
Hoy es el día. Un nuevo día. Ya no te veo en el espejo, cuando miro mi reflejo.
No te veo, me veo.
No te escucho, me veo.
Siempre marcado por la preocupación, aprieto la mandíbula por tu presión. Mis rasgos has marcado, definido, sobrelevado. No recuerdo mi anterior yo. No reconozco ahora lo que soy. Aún queda algo de brillo en mis ojos. Esos que controlas. Tu puerta de entrada a mi mente, mi cerebro, mis ideas, ideales, esencia, existencia.
La verdad es que nunca te entendí. te seguí, pero no te entendí. Te escuchaba, pero no te entendía. No sabía por qué estabas tan dentro de mí. ¿Por qué yo?¿ Por qué a mí?.
Y no poder sacarte. No poder callarte. No poder abandonarte.
Nunca fue bueno tu camino, tus decisiones, tus ideales.
Comprendí luego el concepto de ética. Ahora sé que olvidé mi moral. La hice tuya. Te la regalé. Acepté que tu llevaras el timón, las velas, cualquier dirección.
Perdí realmente el norte, y con él, cualquier otro rumbo.
No era yo. No era yo. No era yo.
Como explicarlo. Como explicarme. Como explicarte.
Jamás saldré de tu control. O de mi control.
¿Quién me controla? ¿Realmente eres tú?
Nadie te comprenderá como yo lo hice. No te prestarán la atención que yo te dí.
Te dí todo, a mí, mi vida, yo.
Era lo que querías, no me lo dijistes. Ahora creo que lo sé. Pero igual sigues confundiéndome. O confundiéndote. Ya sé quién eres, pero, ¿y tú?
Puede ser que estos pensamientos sean recíprocos, o eres tú quién los piensa dentro de mí.
A veces creo que somos lo mismo, tu dictas estas palabras. Nunca las pensé.
¿Existo entonces tras tu existencia?. ¿Te creé ? ¿O fuises tú?
¿Cómo empezó todo esto? Nunca me acordaré.
¿Estabas ya ahí? ¿Aparecístes, o aparecí yo tras de tí?
¿Cómo se organizó todo lo que sucedió? ¿Dónde está el origen?
No me acordaré jamás quién era yo antes. ¿Tú lo sabes? Susúrramelo.
Creo que sigues ahí, ¿verdad?
No podré abandonarte, ¿tú me abandonarás?
Nos llamarán locos, inadaptados, dementes. Y será a mí. ¿Dónde estarás tú?
Seguro que me dejarás solo. Después de lo que pasamos, lo que me hicistes pasar, hacer, crear.
Era pura creación. También lo destruido es creado.
Ahora no me digas que no. No me digas que no era normal.
Esas fueron tus primeras palabras. Es normal, hazlo. Es normal, no te preocupes. Es normal, hazlo. Hazlo. ¡Hazlo!
El camino lo iluminabas, pero no a mí. La oscuridad simpre me iluminaba. Es lo que tu creabas. Que siguiera tu oscuridad. Tu creación. Tu destrucción.
¿Como pudo salir todo ese mal de tí? ¿Cuando apareció? ¿De dónde? ¿Fuí yo, mi subconsciente?
Creo que no. O estoy perdido, o nunca existí.
¿De dónde salistes? ¿De dónde? ¿De dónde?
Y, ese destino, tanta locura. Tu maldad no era la mía. Tu sentir, yo no lo sentía.
Actuar, impulsos, decadencia. Tu soberbia.
Que fuerza se generó en la negación por mi desidia. Como la anulastes, la secuestrastes, la cambiastes.
De la desidia a la acción. Tu asombrosa dirección. Control de mi mente y mis actos.
Organizarlo todo era demasiado, demasiado, demasiado.
La desesperación de no saberlo, enterarme luego. Tu me lo permitistes. Cuanto control, cuanto deseo.
El problema no existía. Fue fácil, todas las veces. Lo anulaste. Ni ví mi debate interno.
Todo estaba allí, al alcance de mi mano.
Fuistes grande, en tu timidez, tu pequeñez, en tu mando.
Pero precisa, muy precisa.
Por eso me elejistes. Fue mi precisión.
Eso me perdió, me encontró, me desvaneció.
Precisión, todo está ahí. Ahora la veo.
Lo sabías, sabías que era preciso. Eso te hace más calculadora. te lo facilité yo. Lo tenías todo a favor.
Pero fue mucho, muchísimo esfuerzo, planificarlo todo, ejecutarlo.
También fue grande, enorme, histórico.
Y también todo tiene su fin, ¿tu fin, o el mío?
El Fin. Concluye. No hay más. Se acabó. Terminastes, o ¿terminé?
Nos conocen, nos siguen, nos entienden.
O lo creen.
Te explicaré, me liberarán.
Tu no lo harás. Tus cadenas sé que me oprimen. Pero no me oprimirán más. Me liberaré.
Por eso todo paró. Yo lo terminé.
¿Y si no me entienden? Se lo pondrás fácil, lo sé. Te entenderán a tí.
Pero no podrás, escaparé. Sé que lo haré.
Al menos de tí. Y cambiaré, me costará, pero cambiaré.
La historia no lo hará. Eso lo pensastes bien. Calculastes los detalles,las impresiones. Anulastes el olvido, el perdón, mi vida. Está ahí. Me persiguirá tu destino.
Tantas muertes, esa violencia, tu camino.
¿Tu la ejecutastes? Usastes mi descuido. Demasiada gente, todas esas personas, ese destrozo, ¿cómo vino?
No fue tan rápido, no fue instantáneo.
Perfecta ejecucción, organización mental, que ahora detecto y detesto.
No era yo. No era yo. No era yo.
Pero quedaron huellas, nos siguen, nos encontrarán.
No nos entenderán, no me mirarán, no te mirarán.
Aunque como mirarte, si ante mi te escondes.
¿Te oculto yo? ¿O frente a mí no te reflejastes?
No te verán, me verán a mí. Me juzgarán. Lo juzgarán todo.
Malos tiempos, un final.
No teníamos que haber llegado tan lejos. No tenía sentido. Me llamarán asesino.
¿Y tendrán razón? Nunca lo sabré. Ellos no lo sabrán. Muchas muertes, muchas.
Tú me lo ordenastes, yo sólo te seguía.
Tu lo dirigías todo. Eres tú, tú, tú.
Te entregaré sal de mí. Ahora te lo ordeno, ¡Sal de mí!
Pero te veo. Veo como te aferras con toda tu fuerza. Esa que me distes para destruir, aniquilar.
Acabar con una vida, tan fácil, tan firme. Sin vacile, sin temblar.
Otra vida, y otra, y otra.
Y, ahora, te aferras. No quieres escapar. Te veo, te reconozco. Eres la de siempre.
Siempre estuvistes ahí. Nunca me abandonastes, me seguistes, me creastes.
Somos los dos. Un todo, la fuerza de la unión.
Juntos aguantaremos, persistiremos, venceremos.
¿O no quieres vencer? Derrotarnos, tal vez. ¿Es tu solución? ¿Tu final?
Así concluirá.
Pero no me abandones. Juntos nos iremos los dos, tú tan dentro de mí.
Yo transportaré tu yo, siempre fue así, nada lo cambió.
Dudé, claro que dudé. Ese es tu camino. Duda, duda, duda.
Ahora no. Al fin te entiendo, pero no sé que pasó. Sé que estás conmigo, estamos en lo correcto. Vamos a aguantar. No nos queda nada. Lo sé, es el final.
Al matar, me matastes. Creastes y me destruistes. Tantas muertes, tantas. Toda esa locura, caos y fatalidad.
Nos toca, es justo. Lo sabes, no puedes escapar.
Asúmelo, es el final.
En qué momento aparecistes, en qué momento.
Escribistes un principio, ¿y qué más?
La historia lo recordará, pero ¿y nuestra historia?¿Nuestra relación?
Ese entendimiento, discordia, comunicación. Demasiado puro para entender. Otra relación. Nuestra relación.
Mañanas iluminadas, oscuras. Un atardecer y otro anochecer.
Situaciones, improvisaciones. Tan mecánico, como la perfección.
Todo fluía, todo era de los dos. De día en día, de mes en mes. Años y años.
El entendimiento era lo genial. Verdaderamente genial.
No lo entenderán. Sincronía, la más auténtica sincronía. Un solo ser, un único pensar.
Actuar, el actuar era fluir.
Y, así ha de acabar. En la unión. Magnética unión.
No hay más opción. Agárrame fuerte, lo más fuerte que desees, y sígueme.
Seguiremo más allá. Ya no en lo terrenal.
Tú y yo. Nadie nos separará.
Es el momento, el momento.
Un suicidio junto a tí, dentro de mí.
Los dos, la que me dirigió, habló, acompañó. Dictó, me organizó, me creó.
Permanece en mí. Espérame. Es tan sólo un instante. Tu instante, nuestro instante.
Y nos recordarán, te recordarán.
¡¡Tú eres la peca dentro de mi ojo izquierdo!!
Si veis a álguien con una peca dentro de su ojo izquierdo, hablarle despacio, con respeto y calma, mucha calma. No se sabe que puede pasar.
A ver si con esto, nos miramos más a los ojos, y levantamos la vista del suelo de la sumisión!!!.
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