23 abril 2011

LA JUNTA

Cruce de todos los caminos de la Carretera Austral, al norte hacia Chaitén, al sur hacia Villa O´Higgins, al éste hacia Lago Verde y paso a Argentina, al oeste hacia Puerto Raul Marín Balmaceda.
Éste último será el destino. Destino complicado, el más complicado hasta el momento. Es una islita de difícil acceso.



La Junta




Moviendo una casa de lugar

Sólo a 75 kms. de distancia, desde el cruce, va por un camino de reciente construcción (tan sólo 5 años), pasando por un entorno natural puro, rodeado del río Palena, y montañas. Un ecosistema donde todo el día, prácticamente llueve, durante todo el año.
Un camino donde no pasa nadie, ni para dentro, ni para afuera.
El autostop se complica. Dos días esperando alguna movilidad. Nada. Durmiendo en cobertizos, gentileza de los lugareños, probamos suerte con el único bus que va dos veces a la semana, irregularmente. Imposible. Tienen prioridad los locales y se llena rápido, sólo 12 plazas.
Por esta vía tampoco es posible, así que descansamos en el hospedaje de Virginia, no oficial (preguntar por él en el hospedaje Maricel). Pionera en la construcción y crecimiento de La Junta, memoria viva de la evolución de la zona, de los nuevos accesos, del paso del caballo al coche, del barco a la carretera, de la construcción de la Carretera Austral de la nada a lo que es hoy en día, es un encanto de mujer.
Al día siguiente, ante la imposibilidad de ir por otro medio, y orgullo en alto, decido ir caminando. Me acercan algunos kms. unos obreros de una pequeña zona de la carretera en obras. Tras horas de camino, consigo llegar montado de pie, en equilibrio, en una camioneta llena de bombonas de gas butano, mientras el viento saluda sutílmente mi rostro. Si vuelca esta camioneta, que se mueve de lado a lado desde mi perspectiva allá arriba, sería una inmolación a lo bestia.









río Palena

Lego a la isla, bajo la atónita mirada de los lugareños, al saltar camioneta abajo.
El lugar es totalmente diferente. El suelo es en todos sitios de arena oscura, rodeado de vegetación (en toda la zona austral domina la Nalca, una planta con hojas enormes, de hasta 2 metros de diámetro), pequeños caminos, y encanto, mucho encanto.
Se desata un temporal en la isla, los vientos mueven todo, la lluvia cae con gran potencia, descarga hasta granizada, que deja los caminos casi blancos. Inmovilización por unos días. La barcaza que cruza a la isla grande de Chiloé, tardará, de hecho, puede aparecer cuando sea, hay que estar atento a las novedades meteorológicas, y las informaciones de alta mar.
Espera, con calma, mucha calma.







Llega la barcaza, que cruza hasta Quellón (Isla Grande de Chiloé), de madrugada. Vamos para allá.
Aunque, al final, no haya recorrido la totalidad de la Carretera Austral (el último tramo se corta en bastantes puntos y es muy complicado, necesitas más tranquilidad aún y mucha paciencia, sobre todo si lo vas a hacer a dedo), ya que voy a continuar enlazando la Panamericana, desde su final que está en Quellón, es la mejor experiencia vivida hasta el momento. Más cercana a la improvisación, a la ausencia de modernidad agobiante, a la humildad de la gente de la Patagonia chilena, a la sensación de aventura, innovación, descubrimiento, complicaciones, desesperos, asombros, risas y alegrías.
Alejada de todo y a su vez tan cercana a mí, deseo, anhelo, que el cercano crecimiento de las mejoras infraestructurales de la zona, con el asfaltamiento de los caminos, no destroce su esencia, su personalidad, su pureza innata y única.

PUYUHUAPI

Calma. Muchísima calma. Una pequeña villa creada en 1935 por 4 alemanes, y ahora pequeña parada de mochileros en ruta austral.
Sencilla y muy auténtica. Muy relajante.
Único punto donde la carretera bordea el mar. Parada obligatoria hasta que ésta se masifique.
Hablando con la gente de la zona, se ven los últimos cambios en las costumbres pesqueras, que se dejan poco a poco, pasando a la hostelería turística, debido a la sobreexplotación de los caladeros de la zona (merluza, sobre todo), agotados ya, y que hace emigrar a todos los jóvenes y adultos del pueblo, y aguantar en él, a los que puedan aprovechar el crecimiento turístico.
El humano como integrante de un ecosistema, que al modificarlo, se cambia a sí mismo como nueva parte de él.
Humilde, muy humilde el Hospedaje Las Rosas.








22 abril 2011

PUERTO CISNE

Sigue la Carretera Austral. Sigue el dedo, uno tras otro. Cada conductor más personaje que el anterior.
El señor Olavarría, de 78 años, en camión desde los 15, conociendo cada curva, cada piedra, cada monte y arroyo, cada persona y sus historia, levantando cada vez que ve a un mochilero. El mejor, el más grande.
Trabajadores varios, campesinos, mineros (paramos cerca de la única mina de extracción de cielo abierto de zinc en Chile, enorme, de capital extranjero, privatizada, secuestrada, expoliada).
Un gerente salmonicultor (criaderos de truchas y salmones, introducidos en la zona para beneficios y perjudicando totalmente el ecosistema) me cuenta, sin ninguna dilación, el sistema de producción de filetes de salmón en cadena, sin fin, exponencial, como si fuera la cadena de montaje de una fábrica, acabando en el plato.
50.000 individuos desagallados al día, asesinados, durante 365 días al año (a veces 2 turnos por día), por cada factoría, por cada ciudad. Muchas ciudades, muchas factorías. No hago la cuenta (Chile es el mayor exportador de mundo junto a Noruega, que a su vez, tiene la mitad del capital de las empresas chilenas).
También hay esperas, frío, lluvia. Momentos de desesperación, sed, hambre. El mate es el auténtico compañero del autoestopista.



Puerto Cisne





Parque Nacional Queulat


Ventisquero colgante

Por el camino la Reserva Nacional Río Simpson, Villa Mañiguales, Reserva Nacional Lago Torres, Villa Amengual y Puerto Cisnes.
Precioso. Pureza absoluta.
Dormimos en un cobertizo, tras el amabilísimo ofrecimiento de una pareja de Puerto Cisnes.
Nuevo amanecer. Sigue la carretera. Parque Nacional Queulat. Ventisquero colgante. Bosques lluviosos.
Llegada a Puyuhuapi a última hora de la noche, en último instante, en la nada, bajo la lluvia, la última oportunidad, el último camión. Pasamos un río en ferry, por obras en la carretera, montados en el camión, con las mochilas mojadas, bebiendo vino, derramando el vino. El conductor borracho, el copiloto hablando con su esposa por el cargador del móvil, el camión de lado a lado, saltando baches, saltando nosotros.
Pero llegando, siempre llegando. Otro gran viaje de risas.

COYHAIQUE

Capital de la Región de Aysén. Rodeada de montañas y ríos, es un lugar tranquilo, no demasiado turístico. Los comercios ya abundan, a un precio bastante elevado, el sur es caro. Igual que caros son los alojamientos, que cambian el concepto de hostel mochilero, para hacerse más individualistas, estilo pensiones.
La región está azotada por el intento de construcción de megaproyectos hidroeléctricos sobre los ríos más caudalosos de la Patagonia, que destruiría un ecosistema único. Como máximo responsable la multinacional eléctrica española Endesa.
Las movilizaciones surgen unas tras otras, desde todos los ámbitos, y en todas las ciudades, pero el proceso sigue hacia adelante, a falta de aprobar las modificaciones de las  la Evaluaciónes de Impacto Ambiental, para Mayo, en principio. Falta poco. Además el nuevo presidente, de derecha capitalista, visita la zona en breve. Mala señal.
Unos enlaces de la situación:




Puerto Río Tranquilo


Coyhaique






Otro asunto es la detención de jóvenes mapuches por presuntos actos terroristas, en toda una gran farsa policial y judicial.  Libertad!!



Y ya que estamos con las luchas en la Patagonia, recomendar una estupenda película:


La Patagonia rebelde ( Héctor Olivera, 1974)

Una de las mejores regiones de Chile, por no decir la mejor, en lucha por su tierra, por la tierra, contra la privación de la libertad. 


CHILE CHICO

Tras pasar por Los Antiguos, pequeño pueblo, paso a Chile, situado a orillas del lago Buenos Aires, cruzo la frontera de nuevo.
Chile Chico es punto de partida para recorrer el lago General Carrera (Chelenko para los tehuelches), que es el mismo que está en Argentina, llamado allá Buenos Aires, y que comparten ambos.
Es, tras el Lago Titicaca, el segundo lago más grande de Suramérica, con 200 kms. de largo.
En la parte chilena, sus aguas se tornan turquesas, rodeadas de cerros, y uniéndose con la Carretera Austral.
Creada por Pinochet, con fines políticos y territoriales, recorre la Patagonia chilena, dejando a un lado los dos Campos de Hielo (Norte y Sur), surcando lagos, montañas, parques nacionales, pueblos, ciudades. Son cerca de 1200 kms. de Villa O`Higgins a Puerto Montt, donde enlaza con la Carretera Panamericana (conocida más ahora por la canción).
Son días de sol, perfecto para empezar a levantar el dedito (en Chile Chico hay un microclima donde casi todo el año hace sol).
Toda esta zona no la recorren apenas buses, y muy pocos vehículos. Los que suelen pasar son campesinos que se mueven por la zona.
Así es, uno tras otro, de cruce en cruce, voy adelantando camino, apoyando mi culo en rancheras y camionetas.
Entre una y otra, sigo andando, bordeando el lago, con sus picos nevados, verdes y rojos borques y azuladas aguas. Todo en la más absoluta tranquilidad, sólo sonorizada por el viento.
Subidas y bajadas, en carretera de piedras, te llenas de tierra, te agarras como puedes y observas el grandioso paisaje.
Que siga el viaje.
Fachinal, Mallín Grande, Puerto Guadal, El Maitén (cruce con el lago Beltrand) y ya en la Carretera Austral, llegada a El León.


Lago Chelenko


Puerto Guadal

Ya es de noche. La última camioneta me deja en un cruce, en la nada. Monto aquí la tienda. Viento, mucho viento. Me despiertan, creo que era el único momento en el que me atrapó el sueño. Los carabineros, control rutinario. Sigo intentando dormir.
Cosas de la vida, el primer coche que me levanta, son los mismos campesinos del día anterior. Magnífica la humildad de esta pareja.
Llego a Puerto Río Tranquilo. Aquí están las capillas de mármol, unas rocas erosionadas por las aguas del lago, que dan lugar a formaciones curiosas.
Continúo.
Más de coche en coche, mochila arriba, mochila abajo.
Puerto Murta, Villa Cerro Castillo, Reserva Nacional Cerro Castillo. Parques, lagos, ríos, montes, miradores.
Último chófer hasta Coyhaique.
Tiene prisa, mucha prisa. Creo que no conoce lo que viene a ser un freno. Ni lo que viene a ser una curva. Y, eso del doble sentido de las carreteras, cuando va por uno como por el otro, tampoco veo que lo tenga claro. Pero yo estoy al maravilloso espectáculo visual de una de las zonas más increibles que he visto hasta ahora. Un paraiso en la Tierra. Da la sensación de que por aquí no pasaran humanos. Otro mundo. Que no lo jodan.
Me despierto de mi ensimismamiento, cuando el hombre para. Dice que tiene que revisar los neumáticos que van muy bajos. Aguantarán sin reventar, espero.
Recorremos la Reserva Nacional Cerro Castillo. Impresionante. Cambio de formaciones rocosas, de vegetación.
Volvemos a revisar los neumáticos. Joder, joder.
Pasado Villa Cerro Castillo empieza el asfalto. Aquí ya no corre vuela. Cruza de lado a lado. Frena. Échale una foto a eso que es muy bonito. Vale, pero no cruces el coche en medio de la carretera en una curva!!


Lago Bertrand


Puerto Río Tranquilo


Reserva Nacional Cerro Castillo

Llegamos a Coyhaique.

12 abril 2011

CALETA OLIVIA

Todo el día en el camión, observando las infintas rectas hacia el horizonte de la Ruta 3.
Además de la masacre de guanacos (familia de las llamas) y ñandús (pequeño avestruz), que cruzan las carreteras, y son arrollados por la cantidad de pesados camiones que las transitan. Aunque colocan vallas en las carreteras, las saltan de día y noche, con los consecuentes atropellos.
Lo más destacado de Caleta Olivia, es la lobería de su playa. Los lobos marinos están tan cerca, y tan tranquilos, que si no fuera por el respeto que dan, se podrían acariciar perfectamente.
Observarlos tomar el sol y jugar, también pelear, te distrae de la monotonía de la carretera.











Aquí me despido del camión, con la intención de seguir la ruta.
Es una ciudad difícil para salir haciendo dedo, y la hora es mala, es tarde.
Tras pasearla, decido dormir en la estación de buses. Veo que hay uno barato que va a Chile Chico, cruzando la frontera, por la mañana.
Ése será mi nuevo destino.
Casi lo pierdo. Estaba tan abatido que quedé exhausto, tirado en la estación.
Pero consigo subir y partir.
Ahora si que duermo.

RIO GALLEGOS

Increíble. Nada más despertar nos encontramos un camionero que sube hacia Buenos Aires, y al que se la suda el seguro.
Emprendemos el viaje. Unos mates activan la mente para el nuevo día. También la música de la banda riojana Tierra Santa, el conductor es un gran fan.
Pasamos a Chile (es curioso que para recorrer la Ruta 3, hay que cambiar de país), cruzamos el Estrecho de Magallanes, otra vez a Argentina y llegamos a Río Gallegos. Nada interesante en la ciudad.
Nos quedamos en una estación de servicio, y vemos en el camión Tropa de Élite 2, sobre las favelas de Brasil. Llueve. Esto nos impide montar la tienda.
Decido dormir en la estación de servicio de 24 horas. La música lo hace imposible. Reggaeton. Toda la noche de reggaeton, a un volumen infernal. Parece una discoteca, un concierto, yo que sé. Aaaaaaaaaaahhh!!!!
En el más absoluto insomnio, me viene a la cabeza un psicorelato...



Ruta 3

                                       DENTRO DE MÍ

No. No voy a seguir haciéndote caso. No cederé otra vez. Ahora si dirigiré mi vida. Tu no marcas mi destino. Yo gobierno mis pasos. No sigas susurrando tus ideas a mi mente, ya me confundistes demasiado. Demasiado como mis últimos años. Demasiado, como mis pensamientos más revolucionarios.
Hoy es el día. Un nuevo día. Ya no te veo en el espejo, cuando miro mi reflejo.
No te veo, me veo.
No te escucho, me veo.
Siempre marcado por la preocupación, aprieto la mandíbula por tu presión. Mis rasgos has marcado, definido, sobrelevado. No recuerdo mi anterior yo. No reconozco ahora lo que soy. Aún queda algo de brillo en mis ojos. Esos que controlas. Tu puerta de entrada a mi mente, mi cerebro, mis ideas, ideales, esencia, existencia.
La verdad es que nunca te entendí. te seguí, pero no te entendí. Te escuchaba, pero no te entendía. No sabía por qué estabas tan dentro de mí. ¿Por qué yo?¿ Por qué a mí?.
Y no poder sacarte. No poder callarte. No poder abandonarte.
Nunca fue bueno tu camino, tus decisiones, tus ideales.
Comprendí luego el concepto de ética. Ahora sé que olvidé mi moral. La hice tuya. Te la regalé. Acepté que tu llevaras el timón, las velas, cualquier dirección.
Perdí realmente el norte, y con él, cualquier otro rumbo.
No era yo. No era yo. No era yo.
Como explicarlo. Como explicarme. Como explicarte.
Jamás saldré de tu control. O de mi control.
¿Quién me controla? ¿Realmente eres tú?
Nadie te comprenderá como yo lo hice. No te prestarán la atención que yo te dí.
Te dí todo, a mí, mi vida, yo.
Era lo que querías, no me lo dijistes. Ahora creo que lo sé. Pero igual sigues confundiéndome. O confundiéndote. Ya sé quién eres, pero, ¿y tú?
Puede ser que estos pensamientos sean recíprocos, o eres tú quién los piensa dentro de mí.
A veces creo que somos lo mismo, tu dictas estas palabras. Nunca las pensé.
¿Existo entonces tras tu existencia?. ¿Te creé ? ¿O fuises tú?
¿Cómo empezó todo esto? Nunca me acordaré.
¿Estabas ya ahí? ¿Aparecístes, o aparecí yo tras de tí?
¿Cómo se organizó todo lo que sucedió? ¿Dónde está el origen?
No me acordaré jamás quién era yo antes. ¿Tú lo sabes? Susúrramelo.
Creo que sigues ahí, ¿verdad?
No podré abandonarte, ¿tú me abandonarás?
Nos llamarán locos, inadaptados, dementes. Y será a mí. ¿Dónde estarás tú?
Seguro que me dejarás solo. Después de lo que pasamos, lo que me hicistes pasar, hacer, crear.
Era pura creación. También lo destruido es creado.
Ahora no me digas que no. No me digas que no era normal.
Esas fueron tus primeras palabras. Es normal, hazlo. Es normal, no te preocupes. Es normal, hazlo. Hazlo. ¡Hazlo!
El camino lo iluminabas, pero no a mí. La oscuridad simpre me iluminaba. Es lo que tu creabas. Que siguiera tu oscuridad. Tu creación. Tu destrucción.
¿Como pudo salir todo ese mal de tí? ¿Cuando apareció? ¿De dónde? ¿Fuí yo, mi subconsciente?
Creo que no. O estoy perdido, o nunca existí.
¿De dónde salistes? ¿De dónde? ¿De dónde?
Y, ese destino, tanta locura. Tu maldad no era la mía. Tu sentir, yo no lo sentía.
Actuar, impulsos, decadencia. Tu soberbia.
Que fuerza se generó en la negación por mi desidia. Como la anulastes, la secuestrastes, la cambiastes.
De la desidia a la acción. Tu asombrosa dirección. Control de mi mente y mis actos.
Organizarlo todo era demasiado, demasiado, demasiado.
La desesperación de no saberlo, enterarme luego. Tu me lo permitistes. Cuanto control, cuanto deseo.
El problema no existía. Fue fácil, todas las veces. Lo anulaste. Ni ví mi debate interno.
Todo estaba allí, al alcance de mi mano.
Fuistes grande, en tu timidez, tu pequeñez, en tu mando.
Pero precisa, muy precisa.
Por eso me elejistes. Fue mi precisión.
Eso me perdió, me encontró, me desvaneció.
Precisión, todo está ahí. Ahora la veo.
Lo sabías, sabías que era preciso. Eso te hace más calculadora. te lo facilité yo. Lo tenías todo a favor.
Pero fue mucho, muchísimo esfuerzo, planificarlo todo, ejecutarlo.
También fue grande, enorme, histórico.
Y también todo tiene su fin, ¿tu fin, o el mío?
El Fin. Concluye. No hay más. Se acabó. Terminastes, o ¿terminé?
Nos conocen, nos siguen, nos entienden.
O lo creen.
Te explicaré, me liberarán.
Tu no lo harás. Tus cadenas sé que me oprimen. Pero no me oprimirán más. Me liberaré.
Por eso todo paró. Yo lo terminé.
¿Y si no me entienden? Se lo pondrás fácil, lo sé. Te entenderán a tí.
Pero no podrás, escaparé. Sé que lo haré.
Al menos de tí. Y cambiaré, me costará, pero cambiaré.
La historia no lo hará. Eso lo pensastes bien. Calculastes los detalles,las impresiones. Anulastes el olvido, el perdón, mi vida. Está ahí. Me persiguirá tu destino.
Tantas muertes, esa violencia, tu camino.
¿Tu la ejecutastes? Usastes mi descuido. Demasiada gente, todas esas personas, ese destrozo, ¿cómo vino?
No fue tan rápido, no fue instantáneo.
Perfecta ejecucción, organización mental, que ahora detecto y detesto.
No era yo. No era yo. No era yo.
Pero quedaron huellas, nos siguen, nos encontrarán.
No nos entenderán, no me mirarán, no te mirarán.
Aunque como mirarte, si ante mi te escondes.
¿Te oculto yo? ¿O frente a mí no te reflejastes?
No te verán, me verán a mí. Me juzgarán. Lo juzgarán todo.
Malos tiempos, un final.
No teníamos que haber llegado tan lejos. No tenía sentido. Me llamarán asesino.
¿Y tendrán razón? Nunca lo sabré. Ellos no lo sabrán. Muchas muertes, muchas.
Tú me lo ordenastes, yo sólo te seguía.
Tu lo dirigías todo. Eres tú, tú, tú.
Te entregaré sal de mí. Ahora te lo ordeno, ¡Sal de mí!
Pero te veo. Veo como te aferras con toda tu fuerza. Esa que me distes para destruir, aniquilar.
Acabar con una vida, tan fácil, tan firme. Sin vacile, sin temblar.
Otra vida, y otra, y otra.
Y, ahora, te aferras. No quieres escapar. Te veo, te reconozco. Eres la de siempre.
Siempre estuvistes ahí. Nunca me abandonastes, me seguistes, me creastes.
Somos los dos. Un todo, la fuerza de la unión.
Juntos aguantaremos, persistiremos, venceremos.
¿O no quieres vencer? Derrotarnos, tal vez. ¿Es tu solución? ¿Tu final?
Así concluirá.
Pero no me abandones. Juntos nos iremos los dos, tú tan dentro de mí.
Yo transportaré tu yo, siempre fue así, nada lo cambió.
Dudé, claro que dudé. Ese es tu camino. Duda, duda, duda.
Ahora no. Al fin te entiendo, pero no sé que pasó. Sé que estás conmigo, estamos en lo correcto. Vamos a aguantar. No nos queda nada. Lo sé, es el final.
Al matar, me matastes. Creastes y me destruistes. Tantas muertes, tantas. Toda esa locura, caos y fatalidad.
Nos toca, es justo. Lo sabes, no puedes escapar.
Asúmelo, es el final.
En qué momento aparecistes, en qué momento.
Escribistes un principio, ¿y qué más?
La historia lo recordará, pero ¿y nuestra historia?¿Nuestra relación?
Ese entendimiento, discordia, comunicación. Demasiado puro para entender. Otra relación. Nuestra relación.
Mañanas iluminadas, oscuras. Un atardecer y otro anochecer.
Situaciones, improvisaciones. Tan mecánico, como la perfección.
Todo fluía, todo era de los dos. De día en día, de mes en mes. Años y años.
El entendimiento era lo genial. Verdaderamente genial.
No lo entenderán. Sincronía, la más auténtica sincronía. Un solo ser, un único pensar.
Actuar, el actuar era fluir.
Y, así ha de acabar. En la unión. Magnética unión.
No hay más opción. Agárrame fuerte, lo más fuerte que desees, y sígueme.
Seguiremo más allá. Ya no en lo terrenal.
Tú y yo. Nadie nos separará.
Es el momento, el momento.
Un suicidio junto a tí, dentro de mí.
Los dos, la que me dirigió, habló, acompañó. Dictó, me organizó, me creó.
Permanece en mí. Espérame. Es tan sólo un instante. Tu instante, nuestro instante.
Y nos recordarán, te recordarán.
¡¡Tú eres la peca dentro de mi ojo izquierdo!!


Si veis a álguien con una peca dentro de su ojo izquierdo, hablarle despacio, con respeto y calma, mucha calma. No se sabe que puede pasar.
A ver si con esto, nos miramos más a los ojos, y levantamos la vista del suelo de la sumisión!!!.

RIO GRANDE

Hasta Ushuaia todo el mundo coincide y se encuentra en llegar a este punto como destino final. Más allá, solo el dinero puede hacer que siga tu viaje. Aquí llegan experiencias, risas, emociones y amistades.
Luego toca subir hacia el norte y cada uno elije su vía. Mi idea es llegar hasta Santiago de Chile haciendo autostop, saliendo de la isla de Tierra de Fuego, cruzar 6 fronteras entre Argentina y Chile, el Estrecho de Magallanes de nuevo en ferry, subir por la Ruta 3, cruzar el ancho argentino y empezar a subir hacia Santiago por la Carretera Austral. Ahí queda eso.
Para ello comenzamos haciendo autostop en la salida de Ushuaia, en una estación de servicio que frecuentan los camioneros, que vuelven hacias Buenos Aires, tras descargar en el puerto.
Hay suerte. Nos levanta una pareja en un todoterreno y nos acerca, en tiempo record, hasta Río Grande, mientras nos despiden bosques, valles y ríos, y el Lago Fagnano.
Al llegar a Río Grande, me doy cuenta de que no hay nada, pero que nada que hacer, y además es muy caro. La gente para aquí como paso hacia Ushuaia.
Pero seguimos con la ruta. No hay suerte en la estación de servicio y probamos saliendo del pueblo. El lugar elegido es frente a la Misión Salesiana, genocida de pueblos indígenas, y ahora escuela agrotécnica.
Nadie para, todos pasan de largo, excepto un autobús de monjas que nos hacen fotos. En fin.
Empieza a llover. Vamos al pueblo a hacer noche. Luego nos enteraríamos que en la Misión te dejan una cama para pasar la noche gratis.
Al día siguiente probamos en la balanza de pesaje de los camiones.
Cada uno te cuenta una historia. Está la cosa difícil. Los seguros prohíben levantar a nadie y nuestra masculinidad lo complica aún más. Los que tienen buena onda, o van a otro destino, o aún no han descargado, y pueden estar varios días esperando la orden de salida.
Menos mal que en el kiosco " Todo por ella" nos invitan a comer. Aquí aprovechamos a preguntar a todos los camioneros que paran a comer. No hay suerte.
Pasan las horas, la luz y el calor. Llega el frío, la noche y el cansancio.
Aparece un campesino que nos ofrece alojamiento. Le seguimos.
El sitio son unos antiguos barracones de obra abandonados y reokupados. No están mal y están calentitos.
El tipo nos deja un colchón, muy buena onda. Es lo que tiene la gente humilde de la Patagonia.
El sueño me abate.

08 abril 2011

USHUAIA (2)

La primera opción para ver el amanecer sobre la ciudad, desde el Glaciar Marcial (hay que salir de noche, ascender una hora y llegar al mirador), se truncó por una ventisca, que complicó tanto el ascenso y la bajada, en una montaña, que te regala con gusto tus caídas.
Sustos aparte, sin lugar a dudas, la visita al Parque Nacional de Tierra del Fuego, no tiene comparación.
Si se entra antes de las 8 de la mañana (hay que tomar un taxi para llegar de noche), no se paga la entrada al parque y se puede observar el amanecer en la Bahía Ensenada.
Un ecosistema único, con sus turbas, castores de una sofisticada ingeniería, delfines respirando la tranquilidad del agua, armoniosa belleza visual a comtemplar, llegando al trekking más codiciado, el Cerro Guanaco.



Parque Nacional Tierra del Fuego





Amanecer








Ushuaia desde el Cerro Guanaco
 Las vistas desde su cumbre es la Tierra del Fuego, en su máxima expresión.
La dilatación de unas pupilas que no pueden absorber todo ese cromatismo.
El apaciguar el latido incesante de un corazón, que no abarca el magnetismo del momento.
Y para subir más la adrenalina, una bajada en temerario surfeo en pendiente vertical, bajo la atónita mirada de otros montañistas.
El día anterior, el surrealismo alegró nuestras mentes, cuando una anciana pareja de multimillonarios alemanes (con guardaespaldas y superyate de lujo amarrado en el muelle), se conmovieron ante las historias de nuestros viajes, anécdotas y experiencias, tras preguntarnos, mediante la traducción de su guía, y al ver nuestras mochilas preparadas para el camping. Ante la imposibilidad de poder realizar un viaje así, con la sentencia de que "el dinero no puede comprar el tiempo", nos regalaron 50 dólares a cada uno.
La contundencia de nuestra negación, no venció la insistencia continua de los ancianos. Situacionalmente obligados a aceptarlo y tras la imposibilidad de comprar explosivos y reventar su yate, decidimos invertirlos en pegarnos una fiesta.
Otro día caerán, y con ellos todos los demás.

USHUAIA (1)

Nos adentramos en los confines del mundo.
Tierra del Fuego, nombre dado por el fuego del pueblo originario de los Yámana (ahora casi extinto, aún queda algún descendiente), es una gran isla repartida entre Argentina y Chile. La separa del continente el Estrecho de Magallanes, cruzado bajo un fuerte viento y sintiendo el seguimiento de aves y toninas (especie de delfín).
Otra forma de cruzar, física y emocional.
Volvemos a entrar en Argentina, otra Argentina, otra naturaleza, otra perspectiva.
Recuerdo de lo perdido en las Islas Malvinas. Recuerdos del patriotismo de esta nación.
Enrojecido el paisaje por las lengas (árbol endémico de la isla), azulado por las aguas del Pacífico y blanqueado por los recientes copos de nieve aferrados a sus picos, el camino a Ushuaia, está lleno de espectación.
Rodeada por las aguas del Canal de Beagle, el renombrado fin del mundo ( con su noche de fiesta del fin del mundo, sus cigarrrillos del fin del mundo, sus comidas del fin del mundo, sus reuniones mochileras del fin del mundo, experiencias contadas para llegar al fin del mundo, turismo del fin del mundo), te abre sus puertas.
A saber que, el famoso faro del fin del mundo, está en el Cabo de Hornos, y no en Ushuaia, como venden las excursiones náuticas. Y, que se está formando, la que será la ciudad " Más allá del fin del mundo", en Puerto Williams (Chile), para competir con el turismo argentino.
Creada antaño como una prisión donde expatriar presos, ahora se llena de yates de lujo, transatlánticos de viajes organizados, y puerto de entrada para las expediciones a la Antártida, acosada por el exponencial aumento de visitantes que pagan los desosbitados precios del capricho, de la contaminación de la única zona casi virgen del planeta.




Correos


Yámana

Un proyecto que conocí por Internet, un día lluvioso, tomando unas birras en el hostel, a la vez que pinchabamos música. Gente de la calle, Genios de la calle.