22 abril 2011

CHILE CHICO

Tras pasar por Los Antiguos, pequeño pueblo, paso a Chile, situado a orillas del lago Buenos Aires, cruzo la frontera de nuevo.
Chile Chico es punto de partida para recorrer el lago General Carrera (Chelenko para los tehuelches), que es el mismo que está en Argentina, llamado allá Buenos Aires, y que comparten ambos.
Es, tras el Lago Titicaca, el segundo lago más grande de Suramérica, con 200 kms. de largo.
En la parte chilena, sus aguas se tornan turquesas, rodeadas de cerros, y uniéndose con la Carretera Austral.
Creada por Pinochet, con fines políticos y territoriales, recorre la Patagonia chilena, dejando a un lado los dos Campos de Hielo (Norte y Sur), surcando lagos, montañas, parques nacionales, pueblos, ciudades. Son cerca de 1200 kms. de Villa O`Higgins a Puerto Montt, donde enlaza con la Carretera Panamericana (conocida más ahora por la canción).
Son días de sol, perfecto para empezar a levantar el dedito (en Chile Chico hay un microclima donde casi todo el año hace sol).
Toda esta zona no la recorren apenas buses, y muy pocos vehículos. Los que suelen pasar son campesinos que se mueven por la zona.
Así es, uno tras otro, de cruce en cruce, voy adelantando camino, apoyando mi culo en rancheras y camionetas.
Entre una y otra, sigo andando, bordeando el lago, con sus picos nevados, verdes y rojos borques y azuladas aguas. Todo en la más absoluta tranquilidad, sólo sonorizada por el viento.
Subidas y bajadas, en carretera de piedras, te llenas de tierra, te agarras como puedes y observas el grandioso paisaje.
Que siga el viaje.
Fachinal, Mallín Grande, Puerto Guadal, El Maitén (cruce con el lago Beltrand) y ya en la Carretera Austral, llegada a El León.


Lago Chelenko


Puerto Guadal

Ya es de noche. La última camioneta me deja en un cruce, en la nada. Monto aquí la tienda. Viento, mucho viento. Me despiertan, creo que era el único momento en el que me atrapó el sueño. Los carabineros, control rutinario. Sigo intentando dormir.
Cosas de la vida, el primer coche que me levanta, son los mismos campesinos del día anterior. Magnífica la humildad de esta pareja.
Llego a Puerto Río Tranquilo. Aquí están las capillas de mármol, unas rocas erosionadas por las aguas del lago, que dan lugar a formaciones curiosas.
Continúo.
Más de coche en coche, mochila arriba, mochila abajo.
Puerto Murta, Villa Cerro Castillo, Reserva Nacional Cerro Castillo. Parques, lagos, ríos, montes, miradores.
Último chófer hasta Coyhaique.
Tiene prisa, mucha prisa. Creo que no conoce lo que viene a ser un freno. Ni lo que viene a ser una curva. Y, eso del doble sentido de las carreteras, cuando va por uno como por el otro, tampoco veo que lo tenga claro. Pero yo estoy al maravilloso espectáculo visual de una de las zonas más increibles que he visto hasta ahora. Un paraiso en la Tierra. Da la sensación de que por aquí no pasaran humanos. Otro mundo. Que no lo jodan.
Me despierto de mi ensimismamiento, cuando el hombre para. Dice que tiene que revisar los neumáticos que van muy bajos. Aguantarán sin reventar, espero.
Recorremos la Reserva Nacional Cerro Castillo. Impresionante. Cambio de formaciones rocosas, de vegetación.
Volvemos a revisar los neumáticos. Joder, joder.
Pasado Villa Cerro Castillo empieza el asfalto. Aquí ya no corre vuela. Cruza de lado a lado. Frena. Échale una foto a eso que es muy bonito. Vale, pero no cruces el coche en medio de la carretera en una curva!!


Lago Bertrand


Puerto Río Tranquilo


Reserva Nacional Cerro Castillo

Llegamos a Coyhaique.

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