A sí, que decidí ir a Mendoza, en Argentina, pasar una noche y volverme. Lo ideal hubiera sido quedarme un poco más, pero no me daba tiempo para volver al trabajo en el hostel.
Lo bueno de éste, es que justificando que vas a dejar flyers publicitarios, te dejan pasar una noche gratis. Así, que sólo tenía que comprar el billete de bus.
Algo tenía que pasar. Para el día que yo quería, estaba cerrado el paso de Los Libertadores, posiblemente el mejor paso entre fronteras de todos, cruza todo los Andes entre Chile y Argentina.
Así que lo dejé para el Domingo, justo cuando abrieron el paso, concidiendo que Chile jugaba sus primeros partidos de la Copa América de fútbol en Mendoza y San Juan.
Me metí de lleno en un autobús donde, creo que menos yo, todos iban a ver el primer partido de Chile versus México. Mientras unos cantaban el cielito lindo, los otros el Chi-chi-chi-le-le-le. Como unas 8 horas así, para matarlos.
Menos mal, que las increíbles vistas del paso por la Cordillera de los Andes, deja a todo el mundo callado por igual, momentáneamente, a la vez que pasas al lado del Cerro Aconcagua, sin pestañear y boquiabierto. Y si a todo esto le acompaña la blancura de la nieve, el espectáculo es conmovedor. Luego volvieron los cielitos lindos y los chi-chi-chi-le-le-le.
Andes |
Cerro Aconcagua |
Después llegué a Mendoza y en el hostel que me quedé por la cara, dando unos flyercitos. Resulta que estaba repleto de chilenos preparados para el partido del día siguiente. No hay que decir que bastante borrachos. Cosa a la que me uní.
A la mañana siguiente, me recorrí Mendoza, para mi sorpresa de lo aburrida que es la ciudad. No querría herir sentimientos, pero no hay nada. Si te gusta ver viñedos y bodegas de vino, perfecto, ya que la zona está repleta. Pero lo que es la ciudad, unas placitas y listo. Aunque la infraestructura turística está muy bien preparada, más para verano, con todos los deportes de aventura que te puedas imaginar para hacer.
Pero a mí no me convenció en absoluto, no encontré nada minímamente interesante a lo que hacer una foto, cosa a la que le estoy encontrando una verdadera afición.
Parque San Martín |
Ahí llegó la hora de volverme para Santiago. Esta vez sin aficionados, en un viaje más tranquilo.
Como anécdota contar que Chile cerró el paso a los camiones que entraban al país, desde Argentina, hasta que acabara la Copa de América, por seguridad, y que tuvo que abrir porque el caos que se había montado era descomunal. Intenté contar los camiones parados esperando en la frontera, y me perdí en la cuenta. Pero dejo una foto de muestra.
Camiones en fila hacia el paso Los Libertadores |
Y, otra vez en el hostel, tras mi paso fugaz por Argentina, pero con una nueva visa de tres meses.
Por fin. Me acerqué a ver una de las ciudades a la que más ganas le tenía. Valparaiso.
No hay nadie que pueda negar el especial encanto de esta ciudad. Colorida, llena de movimiento, fiestera, cultural, llena de cerros, puerto y playitas, historia, recovecos secretos, graffitis, liceos en toma por la educación pública, parque tomado por su uso público, centros ocupados, trolebuses, callejones ocultos, calles coloniales...
Si por algo es Patrimonio de la Humanidad.
Liceo en toma |
A mí, personalmente, me encantó. En su conjunto se podría decir que es un gran barrio alternativo cercano al mar. Pero cuando empiezas a contar cerros, ves que es una importante urbe, con una estructura de calles totalmente diferenciada de las cuadras de otras ciudades.
Tiene algo que te atrapa. Solo caminar y mirar los pequeños detalles de la cotidianidad, te absorbe a un espacio-tiempo que te integra en la totalidad de sus situaciones, de su dinamismo, del hiptotismo de la normalidad.
Pero, ésto sólo lo comprobé en una mañana. Los dos días anteriores hice una exhaustiva visita... a sus bares. Que decir tiene que me encantaron.
Muy buena fiesta tiene Valpo, a la próxima visito mejor los detalles diurnos, que necesitan sus días y sus buenas caminatas, a las que me estoy desacostumbrando por la comodidad del sedentarismo en Santiago.
Y, ya de vuelta, nueva manifestación estudiantil. Esta vez la intendencia no autorizó el recorrido de la anterior marcha, para intentar, como medida desesperada, deslegitimizar el movimiento estudiantil y ciudadano.
Pero el nuevo recorrido autorizado no gustó a nadie, así que se reunieron unas 80.000 en Plaza Italia para manifestarse. Y nadie los podía parar. Los carabineros tuvieron que, aún siendo ilegal, aceptar que tenían derecho a hacer el recorrido, por tercera vez en este mes, hacia La Moneda y Los Héroes.
Guanaco |
Barricadas a zorrillo lanzando gas |
Aún, siendo menor el número de asistentes, el colorido mejoró, la dinamización se superó de nuevo, y el espectáculo paro todo el centro de la ciudad.
Pero, si en las otras manifestaciones, se acababa en disturbios, esta vez, fue mucho mayor, ya que se partía de la bae de que era ilegal. Hasta tal punto, que había gente vendiendo limones con un carro de la compra lleno de éstos, anticipando la enorme batalla campal. Eso sí, esta vez con mucha más organización.
Las barricadas estudiaban como cortar el paso a los guanacos y a los zorrillos, para mantener la permanencia en la zona y evitar la dispersión. Y, esas se estuvo, como 4 horas. Esta vez ya llevabamos cargamento de limones, previendo lo que iba a pasar. Calle aquí, caballos allá, gas por allí, agua acá. Nos vamos, volvemos, callejeamos, sorprendemos.
Se tuvieron que emplear mas a fondo para disolver a toda la gente en lucha.