Como empezar a describir esta ciudad. Enorme, desigual, plural, dinámica, cosmopolita y con un extraño hechizo. La verdad es que está llena de contrastes. Contrastes evidentes entre barrios, el de La Boca obrero y humilde, la zona clasista de Puerto Madero, el reformado Palermo Soho con su pijismo New Age, la Avenida Corrientes llena de librerías con completísimo material que se acerca a una interesante intelectualidad política, a la vez que se llena de gente que acude a ver espectáculos de revista en teatros donde se unen chicas ligeras de ropa y monólogos, calles como la Avenida de Santa Fé interminables y llenas de tiendas de ropa (la Gran Vía madrileña se queda como un proyecto de calle), el barrio de San Telmo, destino de mochileros...
Y como no nombrar la Avenida del 9 de Julio que ostenta el record de la más ancha del mundo, a la par que la Avenida Rivadavia la más larga.
Llegar a una ciudad así con una mochila y en pleno verano a 30 y muchos grados y humedad alta, te confunde por donde empezar.
Suerte de la existencia de la red social de Couch Surfing donde puedes alojarte, aprender y conocer más activamente la ciudad.
Una de las cosas que aprendes es que los porteños son algo orgullosos y soberbios, pero buena gente, y que las chicas a los 16 años empiezan a visitar el quirófano estético.
Mientras, al atardecer, los cartoneros intentan sobrevivir en esta megaurbe recogiendo los envases de la basura que se pueden reciclar para venderlos y subsistir.
Al no haber un sistema de reciclaje de basuras, parte por que no le interesan a las recicladoras que se llevan todo el pastel, los cartoneros toman las calles y avenidas ante el costumbrismo e indiferencia de los locales.
Nombrar,punto aparte, la hegemonía de la alimentación de los supermercados que en su mayoría están regentados por chinos.
Respecto al tema de alimentación en esta ciudad se puede vivir como vegetariano y como vegano, ya en otras provincias es un poco más difícil. En Buenos Aires está creciendo el número de vegetarianos y el turismo mochilero demanda comidas sin vacas destrozadas en el plato.
Como sitios, se puede probar en pizzerías y restaurantes de pasta, y un sitio agradable que encontré en el barrio de San Telmo, a través de la Lonely Planet, que se llama Abuela Pan en la calle Bolívar. Muy familiar y barato.
Aunque cocinar en el piso de las compis de couch es mejor, claro está.
Congreso |
Avenida 9 de Julio |
Obelisco |
Edu!!
ResponderEliminarEl tipo de letra es un infierno para leer. Por lo demás todo Ok. Me alegro que vaya bien.
Un abrazo!